Una propuesta que sale de lo convencional: se trata de intervenir un espacio, y en la intervención el espacio determina el significado de la obra. En este caso la casa se trata de una casa que va a ser demolida, y la propuesta de los artistas es intervenirla generando una reflexión sobre el tiempo y el espacio, pero principalmente por las dualidades presencia- ausencia y privado-público.
Transformar el espacio es reinterpretarlo, re-habitar, re-vivir, re-significarlo. Intervenir un espacio que desaparecerá significa inevitablemente, reflexionar sobre el tiempo pero sobre todo sobre la utilidad, la arquitectura y el urbanismo, sobre el presente, el cambio del orden de la cuidad, y de la carga emocional y social que tiene el hogar. El hogar como refugio, reparo del hombre en las tormentas, donde se encuentra a salvo y fuera de peligro.En este nuevo soporte, posible de recorrer, el cuerpo humano aparece como medida, se hace público un espacio desconocido y privado. El espectador juega un rol de testigo, que antes jugaba la casa. Testigo entendido como aquél que observa algo prohibido, secreto o privado. El realismo del espacio físico de la casa.
En una primera etapa los espectadores podrán recorrer la casa y las respectivas intervenciones. La segunda, consiste en la exhibición de las intervenciones que quedaron en las medianeras -como registro o documento, y huella de la ausencia-. Los transeúntes se convierten en espectadores. El arte sale del formato convencional del museo y se hace aprensible. Casi utópicamente, arte y vida. Las medianeras dejan la huella de la intimidad expuesta.
En su destrucción deviene la construcción de un nuevo recuerdo en los vecinos del municipio.
En su destrucción deviene la construcción de un nuevo recuerdo en los vecinos del municipio.
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